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Menstruación Sagrada: El Don que Nos Conecta con lo Más Profundo

Durante generaciones, muchas mujeres han vivido la menstruación como una carga, una molestia o incluso como algo vergonzoso. En silencio, han soportado dolores, incomodidades, cambios de humor… como si fueran un castigo. Pero ¿y si te dijera que tu menstruación es, en realidad, una puerta sagrada? ¿Una herramienta mágica que mes a mes te permite reconectar con tu cuerpo, tus emociones y tu esencia más profunda?

Una mirada distinta: de lo biológico a lo sagrado

La menstruación no es solo un proceso fisiológico. Es un ciclo de limpieza, renovación y conexión. Mientras el mundo se mueve en línea recta y hacia afuera, tu cuerpo te invita cada mes a detenerte, mirar hacia dentro y escucharte. Es un recordatorio natural de que somos cíclicas, de que tenemos el poder de renacer con cada luna.

A diferencia de los hombres, que viven una energía más lineal, nosotras somos afortunadas: tenemos una brújula interna que, si la respetamos, nos guía. La sangre menstrual no es sucia ni indeseada; es símbolo de fertilidad, creatividad y poder. En muchas culturas antiguas era considerada sagrada, y las mujeres que menstruaban eran vistas como canales de sabiduría y conexión espiritual.

Cuando el ciclo se interrumpe: un mensaje del alma

¿Y qué pasa cuando la menstruación se altera o desaparece? A menudo no es solo una cuestión física. Nuestro útero guarda memorias emocionales, traumas, silencios. Cuando algo se desajusta, el cuerpo nos habla. Nos pide que escuchemos más allá del síntoma.

Muchas veces, un desarreglo menstrual tiene detrás una emoción no expresada, un conflicto no resuelto, una necesidad ignorada. Y ahí es donde el acompañamiento terapéutico puede ser profundamente transformador. No se trata de "arreglar" nada, sino de comprender qué mensaje hay detrás, qué parte de ti está pidiendo ser escuchada y sostenida.

Alimentación cíclica: sabiduría que nutre

La sabiduría ancestral y la medicina Ayurveda reconocen la importancia de cuidar especialmente el cuerpo durante la menstruación. Es un momento de recogimiento y depuración, en el que necesitamos calor, nutrición profunda y alimentos que acompañen este proceso natural.

Durante los días de sangrado, se recomienda evitar alimentos fríos, crudos o difíciles de digerir. En su lugar, se favorecen los caldos calientes, las infusiones reconfortantes, las especias suaves como el jengibre, la canela o el comino, y alimentos cocinados que nutran sin agitar. También es buen momento para priorizar el descanso y permitir que el cuerpo haga su trabajo interno.

Este tipo de alimentación no solo cuida el cuerpo físico, sino también el emocional y energético. En Ayurveda, menstruar es considerado un momento de purificación: todo lo que facilite ese proceso —descanso, alimento adecuado, silencio, escucha— nos devuelve equilibrio y vitalidad.

Recuperar el vínculo con tu cuerpo

Cuando empiezas a vivir tu menstruación desde este lugar sagrado, todo cambia. Ya no es algo que toleras, sino algo que honras. Aprendes a cuidarte, a darte lo que necesitas, a respetar tus ritmos. Comienzas a ver tu cuerpo no como un enemigo, sino como un aliado sabio.

Cada ciclo se convierte en una oportunidad para soltar, para renovar, para sembrar nuevas intenciones. Es un regalo que nos conecta con la vida y con la muerte simbólica, con el ciclo eterno de creación.

Y cuando se retira… también hay sabiduría

La llegada de la última menstruación no es el fin, sino el inicio de una nueva etapa. Una transición poderosa hacia la mujer sabia, hacia la guía interior que no depende del ciclo, sino de la conexión profunda contigo misma. Pero de eso hablaré en otra entrada, porque también merece su espacio sagrado.

Si sientes que tu cuerpo te habla… te puedo acompañar

Si hay algo que resuena en ti al leer esto, si sientes que tu relación con la menstruación podría ser diferente, más amorosa, más consciente… estoy aquí para acompañarte.

A través de la terapia transpersonal, podemos mirar juntas qué hay detrás de tu ciclo, qué heridas y qué potenciales guarda tu útero. Porque no se trata solo de sanar un síntoma, sino de reconectar contigo misma desde un lugar profundo y transformador.

Haz espacio para ti. Yo te acompaño.

Con amor,

Cristina PB

El silencio tras la pérdida: un espacio sagrado