Hoy viví algo profundo. Algo que quiero compartir contigo, porque quizás también estés buscando claridad, dirección… o simplemente un respiro del ruido.
Esta mañana, en una sesión guiada por una terapeuta querida, hice un viaje de símbolos. Una experiencia introspectiva, donde el alma habla en imágenes y el cuerpo responde sin palabras. Entré agitada, descentrada. Salí serena, como si algo se hubiese reordenado dentro de mí.
En mi viaje aparecieron ranas. No eran las protagonistas que esperaba. Pero eso es lo fascinante de lo simbólico: no elige desde la lógica, sino desde lo necesario. Las ranas, con su naturaleza anfibia, me recordaron el poder de adaptarme, de moverme entre lo emocional (agua) y lo concreto (tierra). Me invitaron a hacer una pausa, a observar los pequeños saltos que también son avance.
🌿 Jung decía que el símbolo es la mejor expresión de lo inexpresable. Y en efecto, algo en mí se expresó sin necesidad de entenderlo todo. Sentí una alineación interior, como si mi alma hubiera sido escuchada en su idioma natal.
El símbolo no da respuestas rápidas, pero ofrece dirección. Es un espejo del inconsciente, una guía hacia lo auténtico.
💫 Si estás atravesando un cruce de caminos, un cansancio emocional o una búsqueda de sentido, quizás un viaje simbólico pueda devolverte la brújula interna.
Trabajo con esta herramienta en sesión, desde un enfoque junguiano y transpersonal. No para interpretar tu vida, sino para acompañarte a escuchar la voz más profunda que habita en ti.
Con cariño,
Cristina PB